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Martes, 27 Mayo 2025 10:00

Competencias digitales que toda persona profesional debería reforzar en 2025

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La digitalización avanza a gran velocidad y está transformando la manera en que trabajamos, aprendemos y nos relacionamos. En este contexto, contar con competencias digitales sólidas es una condición necesaria para desenvolverse con confianza en cualquier sector.

Según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), en 2023 un 66,2 % de la ciudadanía española tenía al menos un nivel básico de competencias digitales, lo que sitúa a España por encima de la media europea. Sin embargo, el reto sigue siendo enorme: un estudio de IT Reseller (2025) advierte que casi un 89 % de la plantilla laboral en España presenta un nivel bajo o medio-bajo de competencias digitales.

Los datos del Informe sobre la Década Digital 2024 de la Unión Europea señalan, además, que la meta es que el 80 % de la población europea alcance al menos un nivel básico de competencias digitales en 2030. Alcanzar ese objetivo será clave para mejorar la competitividad, cerrar brechas de empleabilidad y garantizar una inclusión digital real.

¿Qué entendemos por competencias digitales?

Las competencias digitales son el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten utilizar de manera crítica, segura y eficaz las tecnologías digitales en distintos contextos: profesional, académico y personal.

No se reducen al manejo técnico de herramientas: incluyen la capacidad de comunicarse en entornos digitales, gestionar información de forma responsable, proteger la identidad en línea, colaborar en equipos virtuales y mantener una actitud de aprendizaje continuo.

Competencias digitales clave para 2025

  1. Alfabetización digital y gestión de la información: la sobrecarga informativa exige saber buscar, filtrar y contrastar fuentes de manera crítica. Según Eurostat, solo un 54 % de la ciudadanía europea afirma saber detectar noticias falsas en internet, lo que muestra la necesidad de reforzar esta habilidad.
  2. Comunicación y colaboración online: herramientas como Microsoft Teams, Zoom o Slack se han convertido en espacios cotidianos de trabajo. La capacidad de comunicarse de manera clara y profesional en entornos digitales, respetando normas de netiqueta, es ya imprescindible.
  3. Seguridad digital y protección de datos: el INCIBE advierte que en 2024 los intentos de ciberfraude en España aumentaron un 15 %. Esto pone de relieve la urgencia de que todas las personas trabajadoras conozcan prácticas básicas de ciberseguridad: contraseñas seguras, autenticación en dos pasos y gestión de la identidad digital.
  4. Manejo de herramientas en la nube: el uso de plataformas colaborativas como Google Workspace o Microsoft 365 se ha consolidado en empresas de todos los tamaños. Saber crear, compartir y editar documentos en la nube es ya una competencia esencial para la productividad.
  5. Pensamiento crítico y resolución de problemas: más allá de la tecnología, las organizaciones demandan personas capaces de interpretar datos, cuestionar la información y tomar decisiones informadas. Esta competencia está reconocida por el marco europeo DigComp 2.2 como central para el desarrollo digital.
  6. Creación de contenidos digitales: infografías, presentaciones, vídeos o blogs: la capacidad de generar contenidos atractivos y adaptados a distintos formatos es cada vez más valorada. No se trata de ser diseñador o diseñadora profesional, sino de manejar recursos digitales que potencien la comunicación.
  7. Aprendizaje continuo y adaptabilidad: la tecnología evoluciona a un ritmo acelerado. Según el Foro Económico Mundial, el 50 % de las personas trabajadoras necesitarán reciclar sus competencias antes de 2027. La capacidad de aprender nuevas herramientas y adaptarse a entornos cambiantes será uno de los factores decisivos en la empleabilidad.

Conclusión

Las competencias digitales son el pasaporte hacia el empleo y la participación en la sociedad actual. No se limitan a profesiones tecnológicas, sino que atraviesan todos los sectores. Reforzarlas en 2025 significa mejorar la empleabilidad, aumentar la productividad y garantizar la inclusión digital. La meta, además de dominar herramientas, es desarrollar un pensamiento crítico y responsable en el uso de la tecnología. De esta forma, cada persona podrá aprovechar las oportunidades de la digitalización y contribuir a un futuro más innovador, seguro e inclusivo.

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